Viernes literarios: Prólogo

14/12/2013

Mi nuevo gran descubrimiento: el escritor japonés ganador del Nobel de literatura, Kezaburo Oé.

Hace tiempo andaba buscando algo de Murakami en una librería de la zona y la chica me recomendó a Kezaburo Oé: Arrancad las semillas y fusilad a los niños. Qué título, pensé. Llegué a casa lo anoté en el bloc de cosas que quiero ver/leer/hacer y se quedó allí apuntado y olvidado hasta hace cosa de un mes. Después de haber pausado la lectura de Historia de O y de leer el relato corto de Fitzgerald, El curioso caso de Benjamín Button, me puse a buscar el libro con el título que me molaba. Pero no lo encontré. En lugar de arrancar semillas y fusilar a niños, me dispuse a matar a un bebé deforme; lo que se dice Una cuestión personal.

23/10/2013

Pauline Réage era el seudónimo de Dominique Aury aunque su verdadero nombre era Anne Desclos. Esta mujer de tres nombres es la autora de Historia de O, la novela prohibida durante años que empiezo a leer esta noche. 

Publicada en 1954 y reconocida como propia en 1994, Historia de O marcó la década de los 60 convirtiéndose en un clásico del género. El libro se escribió, en la cama de Desclos y sin intención de publicarse, como carta de amor para su amante.

Con estas premisas, me introduzco la obra que vislumbró el nacimiento de una nueva subcultura: la del BDSM.

31/01/2014

Si a los doce años alguien me hubiera preguntado sobre el significado de la religión, mi respuesta habría sido vaga e imprecisa. John Kennedy Toole se hizo, con la misma edad, la misma pregunta y acabó escribiendo la que dicen es su mejor obra: La Biblia de neón

Otro libro más a la cola de deberes de este año. Se me va acumulando el trabajo; le doblo en edad y mi idea sobre Dios sigue siendo deficiente. 

05/10/2017

Hace cuatro octubres, y ante la idea de retomar un hábito perdido, creé mi primer blog: Yo soy yo y mis cicatrices. Hoy me he decidido traer algunas entradas a Miércoles cinéfilos con la intención de tener un espacio para compartir lo que voy leyendo. 

Parafraseando a Ortega y Gasset y tomando prestada una idea que huele a Palahniuk, comienzo este espacio de reflexión personal. No hay presentación, puesto que presentarme supondría dos cosas: idiotizar mi primera entrada y destruir el propósito del blog. ¿Quién soy? Yo soy yo. 


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