High Rise (2015)

Lo que el trailer te da, la película te lo quita.

Estaba ya a punto de irme a la cama cuando me topo de golpe y porrazo con el trailer #2 de High Rise. No soy yo muy de trailers y evito, siempre que puedo, terminarlos ya que se suele desvelar mucho más de lo que se debería. Pero con High Rise no pude retirar la mirada: ¿desde cuándo Tom Hiddleston se parece tanto a Michael Fassbender? ¿Ha dicho "J.G. Ballard"? Ya tenemos, por fin, una excusa para ir al cine. Sin embargo, un juego con las fechas de estreno y un póster incapaz de dejarme indiferente, me llevaron a devorar la cinta una tarde de domingo. 

"La Naranja Mecánica del Siglo XXI" quizá sean palabras demasiado grandes: he visto el guiño y me ha gustado. La película, en cambio, no tanto. Pese a que muchas de sus escenas me hayan cautivado, su estética es perfecta, la trama está muy mal llevada: todo es caos y locura y más caos y más locura. Llegando al final no puedes evitar que estás en un mal viaje de ácido; y es que las expectativas eran de bastante más altura.

SPOILER: La cordura de Laing (y la del espectador) se desintegran a la vez que el edificio. Todo pasa muy rápido entre fiesta y fiesta, con luz y sin ella. Siendo el alcohol y el sexo el motor de esta sociedad con mucho de ideal y poco de utópica.


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